Uno de los obstáculos que Patanjali describe en sus Yoga Sutras y que nos impide alcanzar la Liberación es âlasya, la pereza. La pereza tiene lugar por un déficit de energía a causa de una falta de ejercitamiento, sin embargo, estos periodos de decaimiento y actividad suelen ser muy fluctuantes: te llevas una temporada en la que te comes el mundo, y otra temporada en que te es prácticamente imposible levantarte de tu sillón. Este fenómeno sucede porque estamos apegados a nuestros éxitos y fracasos, a nuestros placeres y dolores, con lo cual, nuestras motivaciones van fluctuando. La pereza viene dada por una incorrecta gestión de nuestras energías: como un tsunami, en un par de días queremos hacer todo lo que no hemos conseguido hacer en varios meses, y tan pronto sube, la energía se nos agota, y baja… y recuperarse es otra historia.
Con Navasana aprenderemos a acumular la energía en nosotros, a activarla y mantenerla constante, pues nos centramos en la zona abdominal, el centro energético de todo el Ser.